Finalizada
la Guerra de Independencia y Venezuela separada de la Gran Colombia, lo que
pudo llamarse Ejército Nacional quedó en el pasado. Surgen las milicias al
mando de los caudillos, quienes tomarán el control militar en sus regiones,
debilitándose el aparato militar del Estado, sin renovación de armamentos, sin
organización y sin programas de instrucción profesional. La Guerra Federal
ocurrida entre los años 1859-1863 vino a completar este cuadro de
desorganización militar, desapareciendo a los llamados independentistas, cuya actuación abarcó hasta el triunfo de los
federales. De allí en adelante, los intentos de modernizar el componente
militar fueron tímidos, en cuanto al envío de jóvenes a cursar estudios en
academias militares del exterior y en cuanto a la modernización de equipos.
Alejandro Chataing
Arquitecto de la
Academia Militar
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Indudablemente que con el triunfo de la Revolución Restauradora al mando de los Generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, una nueva montonera invade la ciudad de Caracas: la de los andinos, con sus costumbres totalmente diferentes a aquellas de las regiones centrales del país. Sin embargo, el Gral. Cipriano Castro, una vez eliminado el caudillismo en Venezuela, es quien asienta las bases para la creación de un Ejército Nacional profesional, obediente y disciplinado. En base a ello, se reactiva la Academia Militar y en 1903, el Gral. Castro ordena la construcción de la nueva sede en la Planicie Cajigal de Caracas, diseñada por el arquitecto Alejandro Chataing, que es inaugurada en 1907.
En su pensamiento está preparar a los cuadros militares y la modernización de armas y equipos. Pero es el Gral. Juan Vicente Gómez, al asumir la Presidencia de la República en 1908, quien va a hacer realidad los esfuerzos del Gral. Cipriano Castro iniciando en 1910 el proceso de Reforma Militar.
Los
jefes andinos fueron colocados en la mayoría de los estados como gobernadores,
de esta manera se podía neutralizar a los caudillos locales que pudieran
surgir. Y en la cabeza del estamento militar, colocó el Gral. Gómez al Gral.
Félix Galavís, su amigo incondicional, como Inspector General del Ejército para
el período 1910-1916. Galavís se ocuparía de la conducción del Ejército,
mientras que el Gral. Régulo Olivares, como Ministro de Guerra y Marina, se
ocuparía de los asuntos administrativos.
Oficiales Superiores y Subalternos de Ejército y
Armada con el nuevo uniforme año de 1910.
El Cnel. McGill está sentado de quinto
de izquierda a derecha
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Para reorganizar el aparato militar, el Gral. Félix
Galavís requiere de los servicios del Coronel chileno Samuel McGill, sugerencia
hecha por el Gral. Francisco Linares Alcántara, asesor de la organización de la
nueva Academia Militar desde 1904. Alcántara tenía otra visión de la estructura
de un ejército basado en su experiencia al graduarse en el año de 1897 de la
Academia Militar de West Point en
Estados Unidos; al recomendar al Coronel Samuel McGill, lo hace en
reconocimiento a que dicho oficial tenía en su haber el ejercicio en cargos
militares en Chile y otros países latinoamericanos, donde desempeñó labores
como instructor militar.
El Coronel Samuel McGill es nombrado Comandante del
Cuerpo de Cadetes de la recién instalada Academia Militar de Venezuela, además
de encargarse de la transformación del aparato militar venezolano. El
esquema del Cnel. McGill comprendía los siguientes objetivos: Organizar y
reformar el Ejército Nacional, modernizar los equipos y armamentos, aumentar el
número de efectivos y fortalecer la Armada Nacional. El Gral. Félix Galavís fue
su principal soporte en todas sus ideas y ambos hicieron varias presentaciones
al Gral. Gómez con el contenido de estos planes. En cuanto a la estructura
operativa del Ejército, el Cnel. McGill sostenía que se debía tener un Estado Mayor que planifique, dirija,
coordine y supervise; y una Inspectoría
General, que maneje los comandos subalternos, su adiestramiento y
promoción. Propone también crear nueve Brigadas de cuatro Batallones cada una;
estas tendrían un manejo centralizado, pero con la capacidad de desplazamiento
rápido a fin de atender cualquier eventualidad. Para el Gral. Gómez, su
prioridad era controlar los Andes, Maracaibo y el Centro. Quien domine esos
puntos domina el país, así se lo enseñó el Gral. Cipriano Castro. En
consecuencia, las Brigadas estarían estacionadas así: 1 en Caracas; 2 en
Maracay; 1 en Táchira; 1 en Maracaibo; 1 en Trujillo; 1 en Valencia; 1 en Villa
de Cura y 1 en Cumaná.
Grupo de integrantes del 1er. Curso de Cadetes
de la Escuela Militar de Venezuela (1911).
Nótese el casco (Pickelhaube) con penachos
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Pero
el Gral. Gómez quería ir un poco más allá. Su idea era crear un ejército
tachirense (había rivalidades entre tachirenses, merideños y trujillanos). Es
un hecho que todos los cargos de Comandantes de Brigada estarían en manos de
sus condicionales tachirenses y de allí, siguiendo el escalafón hasta los
cargos subalternos. La Academia Militar fue el centro de esta transformación.
Los jóvenes tachirenses de clase media eran los privilegiados para ingresar a
ella, con poca participación de los andinos merideños y trujillanos. Los
jóvenes de Caracas, debían pertenecer a las clases altas de la sociedad. El
uniforme de los cadetes era de corte francés, luego americano y posteriormente
alemán.
Los directores serán tachirenses y la primera promoción de oficiales
egresa en el año de 1912. Cabe destacar que en la 2da. Promoción de año 1914,
egresa el Subteniente Isaías medina Angarita, futuro presidente de la
República.
Oficiales del Ejército luciendo
el nuevo uniforme estilo prusiano (1914)
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El
Cnel. McGill escribió sus Memorial (McGill, Samuel: Poliantea, ediciones de la
Presidencia de la República, Caracas, 1978), las cuales nos permiten entender
un poco más de este incipiente proceso organizativo a principios del Siglo XX.
McGill comenta que sus funciones se circunscribieron desde el año 1910 al 1915,
y que ya para el año 1913, el Ejército se consolida como una fuerza moderna.
Sin
embargo, a partir del año 1915, las Fuerzas Armadas sufrieron un marcado
retroceso en su organización e instrucción; existían dos mentalidades diametralmente
opuestas: los viejos militares que entendían la lealtad al Gral. Gómez y su
Gobierno, mientras que los jóvenes oficiales graduados de la Academia Militar
que entendían la lealtad a la Patria y sus instituciones, a los Gobiernos
legalmente constituidos y que actuasen dentro del marco de la Ley.
Se
considera que el Gral. Gómez mostró poco o ningún interés por la Reforma
Militar del país, teniendo en cuenta que una oficialidad instruida y consciente
de sus deberes representaba una creciente amenaza para la dictadura, situación
que se comprobará con los sucesos del año 1913. El Cnel. McGill expone las
trabas que tuvo que soportar por la resistencia de los viejos militares
pertenecientes a esa Fuerza Armada en estado de atraso y abandono, que casi le
obligan a renunciar, pero siempre contó con el apoyo entusiasta del Gral. Félix
Galavís, Inspector General del Ejército y también de los jóvenes cadetes.
Incluso, los integrantes del 1er. Año del Curso de la Academia Militar firmaron
una solicitud formal para que continuara en el cargo de Jefe de Grupo de
Cadetes.
Otros
logros alcanzados por el Cnel. Samuel McGill fueron: Instructor General del Ejército; miembro de la Redacción de Reglamentos Militares, por los cuales se regirían las Fuerzas Armadas; creación en
1911 de la Escuela de Aplicación, por
indicación suya. Por esta Escuela debían pasar todos los Jefes y Oficiales en
servicio activo, con el objeto de seguir un curso especial de nivelación de
conocimientos con una duración de seis meses. Quien no aprobara este curso era
separado del servicio; creación de la Escuela
de Clases; creación en 1913, de la Comisión
Superior de Instrucción, la cual desempeñaría las funciones de Estado Mayor General, siendo nombrado
Presidente de la misma. Varios oficiales que habían realizado cursos en Perú,
Colombia y Chile, al volver al país, nutrían las reformas que se estaban
llevando a cabo.
El
Cnel. McGill introduce en nuestras Fuerzas Armadas la Escuela Prusiana, el pensamiento militar germano. Prusia era una
potencia militar a nivel mundial. Copiar este modelo era lo más deseado para
cualquier país subdesarrollado. McGill trae este modelo usado en el Ejército de
Chile y su ilusión era establecer una misión chilena en Venezuela, lo cual no
se logró. Ni Estados Unidos ni Inglaterra tenían ejércitos desarrollados y
Francia no estaba muy bien en el plano militar. Por ende, el prestigioso modelo
alemán era el indicado. Esta escuela prusiana aún perdura en nuestros días.
En
consecuencia, desaparecen las montoneras, con ellas se van los Generales
nacidos en fincas y sus armamentos son recogidos por el Gobierno. Solo el
batallón apostado en cada estado, a las órdenes del Estado Mayor y del
Ministerio de Guerra y Marina, manejarán los elementos bélicos. Todos ellos
dependen de forma vertical de los altos mandos.
En el futuro se
verá la influencia de los oficiales egresados de la Academia Militar de
Venezuela en la política nacional.
2 comentarios:
Excelente idea y mejor ejecución.
Felicitaciones aGral Gustavo Machado.
(Cnel Morales XX Iaeden)
Agradecido por tu comentario, Félido.Continuaremos en esta senda nacionalista.
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