Venezuela y la Primera Guerra Mundial (1914-1918)


        Las primeras informaciones de lo que estaba sucediendo en Europa, le llegaron al Gral. Juan Vicente Gómez, por parte del personal diplomático en dicho continente. El Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Inglaterra, Santos A. Dominici, le notifica desde París el día 03 de agosto de 1914 de la sangrienta guerra desatada por Alemania, mientras hace diligencias para embarcarse hacia Nueva York. De allí en adelante, muchas son las comunicaciones con el mismo tenor, desde Génova, Hamburgo o Estados Unidos, entre muchas otras.

La Primera Guerra Mundial fue la primera guerra mecanizada de la historia. 
Marcada por el uso de nuevas armas como el avión, el tanque, o los submarinos, representó destrucción y muerte dejando el terrible saldo de 10 millones de bajas.  
  Al intervenir Estados Unidos en la guerra, quiso inducir a las naciones americanas a colocarse de su lado. La posición geográfica de Venezuela era estratégica para cualquier país, más aún, por su cercanía al Canal de Panamá. La opinión pública generalizada en Venezuela, unida a la de los diferentes gremios y asociaciones, era estar al lado de los aliados, pero el Gral. Gómez se opuso rotundamente a ello y sostuvo que la neutralidad de nuestro país era lo más conveniente. 

              En el año 1916, Alemania extendió su teatro de operaciones en la guerra submarina e incluyó el mar Caribe. El Gobierno venezolano, a través del Dr. Márquez Bustillos, Presidente Provisional de la República, protestó tal situación y así lo declaró ante el Congreso Nacional el 03 de mayo de 1916. Agregó que Venezuela tomaría todas las medidas necesarias para defender nuestros intereses. Pero, mientras el Gobierno venezolano mantenía la neutralidad, la prensa y el pueblo expresaba simpatías por los aliados, aún cuando en el país vivía una rica colonia alemana. Varios venezolanos, ya sea por ascendencia militar o por espíritu de aventura, se alistaron en diferentes ejércitos europeos y participaron en la Gran Guerra. Tenemos los casos de Carlos Meyer Baldó, quien sirvió como piloto de la Fuerza Aérea Alemana; Luis Camilo Ramírez en el Ejército francés; Luis Rivas Dávila, en la Fuerza Aérea Francesa; Sánchez Carrero, en la Legión Extranjera francesa; Rafael Nogales Méndez en el Ejército de Turco-Otomano; y otros venezolanos, quienes con su sed aventurera dejaron bien sentado el nombre de Venezuela.
     
           Las naciones en conflicto han puesto sus ojos en Venezuela por su comercio, especialmente de ganado y exportación de Cobre. Nuestra moneda se revaloriza en un 13% y Estados Unidos funda dos bancos en Caracas. 

            El Gral. Gómez mantuvo su neutralidad manifestando que no teníamos intereses por los cuales intervenir ni medios con qué hacerlo. Igualmente manifestaba que estábamos saliendo de los desastres de las guerras civiles y nuestra economía no podía sostener una guerra a nivel internacional. Decía que vencidos tendríamos que sufrir las represalias y como vencedores, en el reparto de la victoria, los débiles serían los perjudicados.

            En algunos países, como Francia, éramos vistos como medio alemanes, en razón de la estructura y disciplina castrense del Ejército. Estados Unidos vio siempre la neutralidad de Venezuela con recelo, al igual que a Colombia y a Ecuador. Cuba y Panamá se habían puesto de lado de los Estados Unidos, mientras que Brasil y Bolivia rompieron relaciones diplomáticas con Alemania y Argentina se debatía entre la duda.

            Además, como un elemento político muy importante para Gómez, mientras durara la Guerra Mundial, no sucederían alzamientos en Venezuela, debido a las dificultades para comprar armamento. ¿Tendría razón el General Gómez?