Atentado al Congreso Nacional: 24 de enero de 1848


   Venezuela sufría una grave crisis  económica desde 1842, creando un serio descontento ente los sectores del agro, quienes consideraban la política económica del Gobierno un fracaso. En el orden social todo era un hervidero y ya se habían visto algunas asonadas en años anteriores, en las cuales se vislumbraba el descontento social, especialmente  en la clase baja, formada por peones y jornaleros. Después de la Independencia, las masas campesinas y los esclavos no vieron cambio alguno en su status. La explotación del campesino sigue igual a la época colonial y los esclavos que pelearon durante la independencia son obligados a regresar a sus antiguas haciendas, originando que éstos desertaran, siendo perseguidos por las autoridades. El latifundio crecía cada vez más y los nuevos dueños de las tierras  son los Oficiales Jefes de la Independencia. Destacándose entre ellos el General José Antonio Páez, convertido en uno de los más ricos terratenientes.

    El año 1846 es un año eleccionario. Las pasiones políticas se desbordan. En los partidos políticos reina la anarquía. Liberales y conservadores no se ponen de acuerdo en los asuntos políticos internos. Los liberales llevan a la contienda a cuatro candidatos: los Generales Bartolomé Salom, José Gregorio Monagas, Coronel José Félix Blanco y el Sr. Antonio Leocadio Guzmán. Los conservadores se deciden por uno solo: el General José Tadeo Monagas. Pero los acontecimientos no se hicieron esperar. Estalla la Revolución Popular, lo cual sume a Venezuela en una violencia sin límites, con fusilamientos en los campos sin juicio, mientras que en los centros urbanos los tribunales condenaban a muerte sin cesar. La crisis política y social se comía al país y en medio de esta violencia, el país se centraba en las próximas elecciones presidenciales. El 20 de enero de 1847, se instaló el Congreso y tres días después es elegido el General José Tadeo Monagas, teniendo que irse a una segunda vuelta ya que ningún candidato había obtenido las dos cuartes partes del sufragio. Los liberales, quienes fueron con varios candidatos, perdieron estas elecciones al no estar unificados.

    Antonio Leocadio Guzmán es detenido como cabecilla de la Revolución y juzgado de inmediato, siendo condenado a muerte. El General José Tadeo Monagas le conmuta la pena por destierro. Esta medida y otras medidas de tipo político, contrarias al pensamiento conservador, hicieron que éstos miraran con desconfianza al Presidente Monagas, quien ha dado muestras claras que no va a dejarse mandar por los grupos formados por paecistas, comerciantes y terratenientes, recibiendo el apoyo de liberales, quienes han comenzado a acercársele.

   Pero los grupos políticos manejan la tesis de acusar al Presidente Monagas ante el Congreso y piensan que lo mejor es instalar dicho Congreso en Puerto Cabello, por razones de seguridad. Monagas ha tomado sus medidas y he desmontado el aparato militar favorable al General Páez, pasando a retiro a oficiales y desarmando la milicia formada por liberales de la clase baja. Se forman dos grupos políticos: La Sociedad Patriótica, formada por los conservadores, y el Club de Diego Ibarra, formado por los defensores del Presidente Monagas. A comienzos del año 1840, los conservadores tienen montada su conspiración política. Intentarán acusar al Presidente Monagas de violar la Constitución y las Leyes de la República, en actos para los cuales se requiere aprobación del Consejo de Gobierno. Ya tienen montadas acciones post-Monagas, pero los liberales también tienen sus planes. El 23 de enero se instala el Congreso y ya había  un pre-acuerdo para el traslado de las sesiones a Puerto Cabello y el enjuiciamiento a Monagas, lo cual fue aprobado por la Cámara de Representantes, remitiendo el acuerdo al Senado, donde no se pudo discutir dicho asunto.


    Ese día 23 de enero, los bandos en disputa están al borde de las tensiones. Las barras habían sido desalojadas y los liberales comenzaron a movilizar su gente, incluyendo las milicias. La Cámara de Representantes tomó sus medidas para resguardar el local, nombrando Jefe de la Guardia al Coronel Guillermo Smith, quien al poco tiempo tenía 200 hombres armados, la mayoría conservadores. Al ver este hecho, grupos armados comienzan a rondar por la calles, se movilizan reservas de pueblos circunvecinos, mientras el Gobierno protestaba la medida de la Cámara de Representantes. Al día siguiente, 24 de enero de 1848, más de mil personas se han agolpado frente al Convento de San Francisco, donde funcionaba el Congreso. El Secretario del Interior, Dr. Tomás José Sanabria, presenta su informe anual y cuando va a retirarse cuando el Congreso le niega el permiso y lo invita a quedarse, al igual a otros miembros del Gabinete, los Secretarios de Guerra Marina y Hacienda y Relaciones Exteriores. Esta medida dejaba al Presidente Monagas sin poder y el enjuiciamiento se venía venir en forma directa. La constitución establecía que el Presidente no podía expedir órdenes sino a través de sus Secretarios.

   Al conocerse la decisión del Congreso, voces alarmadas dieron la noticia a la calle que el Secretario del Interior se encontraba detenido y ante rumores de que su vida peligraba comenzaron a exasperarse. Mientras tanto,  dentro del recinto corría el rumor que el pueblo iba a entrar por la fuerza a rescatar al Secretario. Comienzas los forcejeos en la entrada del local, mientras las piedras volaban por el aire. Uno de los guardias disparó, cayendo muerto el Capitán de Milicias Miguel Riverol, quien pretendía entrar al recinto en compañía de otros ciudadanos, muriendo por otro disparo el sastre Juan Maldonado. Comienzan los intercambios de disparos, mientras en la Cámara de Representantes el pánico se apodera de todos.  Cada quien intenta escapar por donde puede, por los balcones y tejados. El Coronel Guillermo Smith es herido y tres diputados, Juan Vicente Salas, Juan García y Francisco García Argote, son muertos al intentar salir a la plaza. La multitud asesina al rico oligarca Julián García, quien se encontraba disparando a la multitud. Otra víctima fue el Dr. Manuel María Alemán.


    El Senado se encontraba reunido secretamente en otra sala, manteniéndose con las puertas cerradas. El Presidente José Tadeo Monagas se presentó en la plaza para conocer los hechos y escoltó personalmente a algunos Diputados. Fue vitoreado por el pueblo. Muchos conservadores, aterrados, huyen a esconderse o asilarse en legaciones extranjeras, en compañía de sus familiares. Otros huyeron a Curazao. En total murieron ocho personas: tres diputados conservadores, uno liberal, además de varias personas heridas, entre ellos el Diputado Santos Michelena, quien murió el 12 de marzo a consecuencia de sus heridas. La mayoría de los Diputados muertos fueron apuñalados. El Presidente Monagas y otros altos funcionarios, recorrieron las legaciones extranjeras, en busca de los congresistas, con el fin de que se reincorporaran a sus actividades. Algunos se negaron a volver. Al lograrse el quórum, el Congreso declaró restablecido el orden constitucional y se le otorgaron poderes especiales al ejecutivo para sofocar cualquier rebelión que surgiere en el país.

"La Constitución sirve para todo", había expresado Monagas en su residencia, reunido con sus allegados y haciendo un recuento de lo sucedido. Había salido fortalecido de esta crisis.

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