El Plan de Barranquilla (1931)

    Este Plan está considerado como la primera expresión de un análisis de la realidad social y económica del país, partiendo de las consideraciones externas e internas, que posibilitaron la supervivencia del sistema semifeudal latifundista, que desde la Colonia gobierna al país a través de una casta de caudillos, responsables de su atraso y miseria. El programa de acción del Plan plantea que la lucha debe ser netamente social y no política. Es contra el régimen latifundista y caudillista gomecista.

El plan de Barranquilla se compone de dos partes:

  • Creación de un Tribunal de Salud Pública que investigue y sanciones los delitos de despotismo. Este Tribunal está inspirado en el Comité de Salud Pública creado en la Revolución Francesa.
  • Inmediata expedición de decretos protegiendo las clases productoras de la tiranía capitalista.
  • Intensa campaña de alfabetización de las masas obreras y campesinas; enseñanza técnica industrial y agrícola; autonomía universitaria funcional y económica.
  • Revisión de los contratos y concesiones celebrados por la Nación con el capitalismo nacional y extranjero.
  • Convocatoria, dentro de un plazo no mayor de un año, de una Asamblea Nacional Constituyente que elija un gobierno provisional, reforme la Constitución, revise las leyes y expida las necesarias, a fin de resolver los problemas políticos, sociales y económicos surgidos de la revolución.

Izquierda: Esquina de Cañón Verde (1938). Derecha: Esquina de Cañón Verde (Años 2000).
Fuente: Rueda la Economía 2019

    
Este Plan de Barranquilla fue el Manifiesto Programa de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda ARDI, creada en 1931, siendo sus fundadores los mismos firmantes del Plan. Pero, esta publicación suscitó mucha polémica entre los exiliados venezolanos. En nombre de la ortodoxia marxista, Miguel Otero Silva lo consideró objetivamente pobrísimo, contrastando el vacío revolucionario y doctrinario, eludiendo el punto de confrontación de clases, la expropiación a los grandes terratenientes, la repartición de tierras a los campesinos y otras consideraciones, generalizando que el proletariado no aparece por ninguna parte. Este plan no pasaba de ser una posición socialdemócrata moderada.

    
En consecuencia, todo proyecto insurreccional entre los años 1932-1935 fue cancelado y los firmantes del Plan se empeñaron en estructurar un movimiento político, vendiendo la idea a todos los exiliados políticos en los diferentes países donde se encontraran y confrontar con ellos las ideas. Lo que les daba luz futura era el pensar que el final del Gral. Gómez estaba cerca, ya que eran las noticias que se rumoraban.

    El Plan de Barranquilla se conoció en Venezuela en el año 1936, cuando se incluyó en “El Libro Rojo”, que el Gobierno del Gral. Eleazar López Contreras publicó a raíz de un legado de documentos atribuidos al Dr. Raúl Leoni, los cuales cayeron en manos de las autoridades venezolanas en Colombia. El “Libro Rojo” buscaba demostrar las afiliaciones comunistas de los firmantes, agrupados en el Movimiento de Organización Venezolana ORVE. Para ese año de 1936, algunos de los firmantes del Plan se habían separado de la corriente marxista, tal fue el caso de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, entre otros, y cuyas consecuencias de enfrentamientos entre comunistas y demócratas se verán más adelante en nuestra historia contemporánea.

    El plan de Barranquilla puede considerarse como el primer antecedente político de lo que dio origen al partido Acción Democrática, legalizado en el año 1941.

Firmas de los estudiantes exiliados que suscribieron el “Plan de Barranquilla”
el 22 de marzo de 1921

Fuente: Bolívar Films. Rómulo Betancourt, génesis y vigencia de la democracia, 1999