Las primeras informaciones de lo que estaba sucediendo
en Europa, le llegaron al Gral. Juan Vicente Gómez, por parte del personal
diplomático en dicho continente. El Ministro Plenipotenciario de Venezuela en
Inglaterra, Santos A. Dominici, le notifica desde París el día 03 de agosto de
1914 de la sangrienta guerra desatada por Alemania, mientras hace diligencias
para embarcarse hacia Nueva York. De allí en adelante, muchas son las
comunicaciones con el mismo tenor, desde Génova, Hamburgo o Estados Unidos,
entre muchas otras.
Al intervenir Estados
Unidos en la guerra, quiso inducir a las naciones americanas a colocarse de su
lado. La posición geográfica de Venezuela era estratégica para cualquier país,
más aún, por su cercanía al Canal de Panamá. La opinión pública generalizada en
Venezuela, unida a la de los diferentes gremios y asociaciones, era estar al
lado de los aliados, pero el Gral. Gómez se opuso rotundamente a ello y sostuvo
que la neutralidad de nuestro país era lo más conveniente.
En el
año 1916, Alemania extendió su teatro de operaciones en la guerra submarina e
incluyó el mar Caribe. El Gobierno venezolano, a través del Dr. Márquez
Bustillos, Presidente Provisional de la República, protestó tal situación y así
lo declaró ante el Congreso Nacional el 03 de mayo de 1916. Agregó que
Venezuela tomaría todas las medidas necesarias para defender nuestros intereses.
Pero, mientras el Gobierno venezolano mantenía la neutralidad, la prensa y el
pueblo expresaba simpatías por los aliados, aún cuando en el país vivía una
rica colonia alemana. Varios venezolanos, ya sea por ascendencia militar o por
espíritu de aventura, se alistaron en diferentes ejércitos europeos y
participaron en la Gran Guerra. Tenemos los casos de Carlos Meyer Baldó, quien
sirvió como piloto de la Fuerza Aérea Alemana; Luis Camilo Ramírez en el Ejército
francés; Luis Rivas Dávila, en la Fuerza Aérea Francesa; Sánchez Carrero, en la
Legión Extranjera francesa; Rafael Nogales Méndez en el Ejército de
Turco-Otomano; y otros venezolanos, quienes con su sed aventurera dejaron bien
sentado el nombre de Venezuela.
Las
naciones en conflicto han puesto sus ojos en Venezuela por su comercio,
especialmente de ganado y exportación de Cobre. Nuestra moneda se revaloriza en
un 13% y Estados Unidos funda dos bancos en Caracas.
El
Gral. Gómez mantuvo su neutralidad manifestando que no teníamos intereses por
los cuales intervenir ni medios con qué hacerlo. Igualmente manifestaba que
estábamos saliendo de los desastres de las guerras civiles y nuestra economía
no podía sostener una guerra a nivel internacional. Decía que vencidos
tendríamos que sufrir las represalias y como vencedores, en el reparto de la
victoria, los débiles serían los perjudicados.
En
algunos países, como Francia, éramos vistos como medio alemanes, en razón de la
estructura y disciplina castrense del Ejército. Estados Unidos vio siempre la
neutralidad de Venezuela con recelo, al igual que a Colombia y a Ecuador. Cuba
y Panamá se habían puesto de lado de los Estados Unidos, mientras que Brasil y
Bolivia rompieron relaciones diplomáticas con Alemania y Argentina se debatía
entre la duda.
Además,
como un elemento político muy importante para Gómez, mientras durara la Guerra
Mundial, no sucederían alzamientos en Venezuela, debido a las dificultades para
comprar armamento. ¿Tendría razón el General Gómez?