Es el último de esta serie de artículos. En vista de que los hechos recientes son ampliamente conocidos en todo el país, sólo tomaremos algunas consideraciones generales del caso.
Venezuela se despertó sorprendida en la madrugada del día 16 de julio del 2010, cuando el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, anunció que se habían exhumado los restos del Libertador Simón Bolívar. Esta fue la culminación de una serie de anuncios hechos por el Presidente desde diciembre del año 2007, cuando aseveró desde el Panteón Nacional, que habían suficientes elementos que indicaban que el Libertador había sido asesinado en Santa Marta. Durante los dos años subsiguientes se siguieron haciendo pronunciamientos relativos al supuesto asesinato del Libertador y sobre la duda de que los restos depositados en el Panteón fueran realmente los del Libertador.
En el acto de exhumación estuvo presente el Presidente Chávez, acompañado de algunos de sus ministros y otras autoridades de su Gobierno, además de la comisión médico-científica y equipo técnico. En vista de lo secreto de este procedimiento, la hora de realización y otros elementos no del todo transparente, viene a colación lo dicho por el Embajador de Colombia, en la III reunión de la Comisión nombrada por la Asamblea Nacional Constituyente, en el año 1947, para investigar la denuncia formulada por el Dr. José Izquierdo, en relación al cráneo encontrado en la cripta de los Bolívar. En esa reunión del 13 de febrero de 1947, cuando se discutía la conveniencia de abrir o no el sarcófago de los restos del Libertador, el Embajador Fabio Lozano y Lozano expresó que en caso de abrir dicha urna, no debería hacerse a la ligera ni misteriosamente. De improviso y casi en secreto, podría ser imprudente. Se trata de un acto trascendental que no debe dejar asidero alguno a la duda o a la leyenda (El Cráneo del Libertador. Dr. José Izquierdo. Ediciones Edime. Caracas. Madrid, 1961). Estas afirmaciones hechas hace 63 años fueron proféticas, porque en el caso actual que nos ocupa, se hizo exactamente lo que el Embajador no recomendaba. Es por esta razón que han surgido diversos comentarios de diferentes sectores de la vida pública, dando lugar, a "la duda o a la leyenda". Igualmente es oportuno recordar que durante el acto de exhumación de los restos del Libertador, en Santa Marta, Colombia, en el año 1842, fue hecho en un acto público, con asistencia del Gobierno regional, autoridades eclesiásticas, militares, comisiones respectivas y público en general.
Sobre los hallazgos en esta exhumación, fue significativo encontrar una tercera cajita de plomo dentro de la urna, donde se encontró un acta de la Comisión, presidida por el Dr. José María Vargas, que en el año 1843 trabajó en la preservación de los restos del Libertador, y que se corresponde con lo que hemos visto en el artículo anterior, en cuanto al trabajo realizado, y lo encontrado en la urna recién abierta. Una vez verificados los resultados, la Comisión científica-técnica acreditada, procedió a medir los huesos, escanearlos, retiro de cuatro muestras dentales, con la finalidad de extraer muestras de ADN, para ser contrastadas con muestras similares de su hermana María Antonia, sepultada en el mausoleo de los Bolívar, en la Catedral de Caracas. Igualmente se hizo tomografía craneal, con el fin, entre otros, de recrear la imagen del rostro del Libertador.
El esqueleto, ensamblado y fortalecido, fue colocado en una urna de metacrilato, sellada al vacío y sujeta con tornillos de oro. Luego, esta urna fue colocada en otra de madera de cedrillo llanero y colocada en el sarcófago. Los resultados de esta exhumación pronto lo sabremos. La Academia Nacional de Historia y la Academia de Medicina deben participar en el manejo de esta asunto, porque caso contrario siempre existirá la duda y el recelo que un asunto científico sea manejado políticamente. Precisamente, en fecha 30 de julio del 2010, la Academia Nacional de la Historia se pronunció a través de un comunicado, rechazando categóricamente el acto de exhumación.
Algunas de sus conclusiones señalan:
-Adhesión a las Conclusiones de la Mesa Redonda, realizada en 1964, por iniciativa de la propia Academia y la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, con participación de historiadores, médicos, filósofos y críticos de arte. En dichas conclusiones apoyaron el trabajo realizado por el Dr. Próspero Reverend.
-No había ninguna razón para dudar, ni de la causa ni de la muerte del Libertador, ni de la identidad de los restos que reposan en el Panteón Nacional.
-El acto de exhumación realizado sorpresivamente en la media noche del día 15 al 16 del presente mes, con el pretexto de averiguar tanto la causa de la muerte del Libertador así como la identidad de sus restos, fue absolutamente innecesario e injustificado.
-Dado que la osamenta mostrada por televisión se corresponde exactamente con lo descrito por el Dr. José María Vargas, es evidente que en los últimos 167 años los restos mortales se han conservado satisfactoriamente, lo cual es otra razón para afirmar la falta de justificación de la exhumación realizada.
-Que de haberse estudiado la materia a la luz de una consulta amplia, científica, desprejuiciada de todo carácter partidista o político, involucrando en tal consulta a las autoridades científicas nacionales expertas en la materia, el país se hubiera ahorrado de presenciar un espectáculo y retórica, inéditos en la historia venezolana y que quedará para siempre inscrito en los anales de Venezuela, como el irrespeto más grave que se le haya hecho al Libertador Simón Bolívar.
-Finalmente, exhortan al país entero, en todos los estratos de su población, a una reflexión íntima y a una plegaria que signifiquen y ofrezcan un desagravio al Padre de la Patria, inútilmente profanado en la tranquilidad de su sepulcro.
Pareciera que al final, el Libertador podrá descansar en paz para siempre... pero no es así. La cosa sigue. El Presidente Chávez anunció a todo el país, la construcción de un nuevo Panteón donde serán depositados los restos del Libertador, cuya ubicación no ha sido informada...